Hoy te quiero hablar de las creencias, esas que están presente en cada situación y cada momento, esas que nos dicen si algo está bien o no, esas que nos dicen si lo podemos o no lograr.
¿Te has preguntado alguna vez cuáles son tus creencias más importantes?
Para algunas personas la creencia de no ser suficiente marca su vida, sus relaciones y sus logros.
Para otras la creencia de que equivocarse está mal la mantiene en el mismo lugar y haciendo lo mismo por años aunque no se sienta feliz de seguir ahí.
Las creencias son el gran velo que tenemos en los ojos a través del cual vivimos las experiencias de la vida. Estas creencias se mantienen de manera invisible para nosotros como si nos pusieran unos lentes de aumento desde pequeños, sin necesitarlos, y pensáramos que la vida es así borrosa, nos acostumbramos a vivir así y creyéramos que así la ven todos los demás. Cuando nos juntamos con más personas como nosotras, que también ven borroso, y confirman que así es como se ve todo a nuestro alrededor entonces sentimos que se sostienen nuestra creencia y nos aferramos aun más a ella.
Pero ¿qué pasa cuando esas creencias no te permiten vivir feliz?, ¿cuándo te bloquean el camino a la meta que deseas alcanzar?, ¿realmente es útil mantener la creencia solo porque otras personas (familia, amigos, pareja) la creen también?
Para dejar de lado una creencia es importante lo siguiente:
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