Cuando sus emociones te afectan

Desde muy pequeña cuando alguien que estaba cerca de mí se molestaba o se ponía triste tenía la costumbre de pensar “¿qué habré hecho yo para que esta persona se sienta de esa manera?, me sentía responsable de sus sentimientos y trataba de hacer algo para que esa persona regresara a lo que yo consideraba estar feliz. Conforme crecía ese pensamiento se arraigo y cobró fuerza, afectándome ya no solo de manera personal si no también profesional.

A partir de que empecé este camino de auto descubrimiento y del conocimiento del coaching ontológico he adquirido distinciones que poco a poco me han ayudado a comprender por qué caía yo en esto y como salir de ahí.

Aquí abajo te dejo 3 pasos que yo sigo para salir de ese involucramiento emocional y no dejar que sus emociones me afecten:

El primer paso para mí fue reconocer que todos tenemos sentimientos que (a veces de forma inconsciente) son elegidos por cada uno de nosotros. A que me refiero, yo no puedo hacerte enojar, tu eres quien se enoja por lo que yo hago o digo, pero yo no soy la responsable, dentro de ti y de cada uno de nosotros hay expectativas, opiniones, deseos que esperan sean cumplidos o cubiertos y cuando esto no sucede de manera inconsciente se nos disparan diversos tipos de sentimientos, hay quien llora, quien se enoja, quien se incomoda; cada uno reacciona de manera diferente y esas emociones no las podemos evitar, aunque queramos. Este primer paso fue algo maravilloso de entender por que ya aquí comprendí que yo no era responsable y me libere de sentirme en la obligación de sacarlos de ese estado emocional en el que estaban.

El segundo paso que seguí fue darle el espacio que requerían para dejar que fluya su emoción, por ejemplo: si esta triste decirle que estoy aquí para lo que necesites y darle el espacio para acercarse o alejarse dependiendo de lo que decida, en caso de estar enojado indicarle que cuando estuviera más tranquilo podríamos seguir hablando pero no permitir que se pasen los límites del respeto (esto fue muy importante para mí, ya que solía aguantar los reclamos groseros pensando que era lo necesario para que regresara a la “normalidad” a la persona en cuestión).

Por último no enfrascarme en la emoción del otro, no tomarla como mía. No sé si a ti te ha pasado, pero a mi solía ocurrirme que si se enojaban conmigo yo igual me enojaba con el otro, me ataba a la emoción del otro haciéndola mía, afectando mi propio equilibrio. Entender que es suya la emoción, que el debe manejarla y salir de ella y que cuando vuelva yo puedo recibirlo como si nada hubiera pasado fue liberador para mí. Muchas veces decimos cosas hirientes cuando estamos enojados o hasta tristes y cuando te tomas personal esto, desde mi punto de vista, es cuando más puedes lastimar la relación. Si algo de lo que te dice el otro te molesta, en lugar de enojarte con el otro, primero piensa el porqué te incomodo, que hay dentro de ti que tienes que trabajar para eliminar esa incomodidad, esa emoción es tuya y no del otro de la misma manera como lo explique antes. Respetar las emociones propias y de los demás nos permitiría tener relaciones más sanas y vivir con mayor armonía.

¿tú te enfrascas en las emociones de los demás? o ¿te es fácil mantenerte al margen?, Cuéntame ¿cómo lo haces tú y qué te funciona?

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