Mucha gente cree que al crecer y hacernos cada vez más viejos tenemos menos posibilidades de cambiar, pero la ciencia hoy en día nos habla de la neuroplasticidad, de la capacidad del cerebro de transformarse adquiriendo nuevos conocimientos sin importar la edad de la persona.
nuestros hábitos, tanto de pensamiento como de acciones, son caminos perfectamente trazados en nuestro cerebro que hace que llevar a cabo la acción específica o el pensamiento recurrente sea fácil y consuma poca energía, haciendo de esto un acto automático.
Cambiar o aprender algo nuevo requiere de crear nuevos caminos y que estos se mantengan con el tiempo, si esos nuevos caminos no se recorren con frecuencia, entonces los antiguos volverán a tomar fuerza.
Una estratega útil para ayudar a nuestro cerebro a realizar estos cambios y que además puedes hacer en cualquier momento es la meditación.
La meditación es la práctica de aquietar la mente, de silenciar los pensamientos, lo que permite que tu cuerpo entre en un estado de relajación. Al aligerar la carga mental, la carga emocional se libera también y entonces dentro de ese silencio podemos escuchar nuestra propia voz, la del alma, la que solo puede ver lo bueno de nosotras mismas. Una mente en calma es más propicia para generar cambios y lograr mantenerlos en el tiempo.
Algunos beneficios de la meditación son:
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