¿Te ha pasado alguna vez que tienes una meta o un objetivo y que sin importar todo lo que te esfuerces no consigues alcanzarlo?
Si la respuesta es SI, probablemente se deba a tu saboteadora interior.
Las palabras que decimos con tanta ligereza y que aprendimos desde pequeñas son mucho más importantes de lo que imaginamos, a partir de ellas y del significado que les damos definimos nuestro mundo, nuestras capacidades y posibilidades, en resumen, el poder de las palabras es increíblemente potente.
Las creencias son como el mapa que usamos para viajar por un territorio específico, el mapa no es como el territorio, pero lo vivimos como si lo fuera, con esto quiero decir que vivimos la vida tratando de que él mundo se ajuste a nuestras creencias y no al revés.
En nuestro día a día nos encontramos con diferentes situaciones, algunas divertidas y alegres, otras molestas o frustrantes y en otros casos tristes o deprimentes. No sé si te has dado cuenta qué hay veces que situaciones similares en momentos diferentes generan en nosotros emociones distintas, esto es por la conversación interna que hacemos de ellas.
Tenerte de prioridad no es egoísmo, es simplemente que si no te amas, te atiendes, te respetas y te cuidas primero no puedes realmente hacerlo con los demás ya que no puedes dar nada que no tengas.
La culpa es una herramienta que nos indica cuando hemos hecho algo que va contra nuestros valores o creencias y por lo general nos lleva a vivir con remordimientos, pero ¿Sera esa la única manera de vivir la culpa?